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• Tema:
  

  Trabajo informal en America Latina

• Autor:
  

  Orielle Solar, Pamela Bernales, Rodolfo Tagle, María José González, Nora Gray, Clelia Vallebuona, Lucas Cifuentes, Patrizio Tonelli, Alejandra Vives, Daniel Pérez, Amalia Valdés, Felipe Rivera, Javier Castillo, Simón Ramirez

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• Fecha:
  

  2013-04-01

“El amplio debate desarrollado desde hace algunas décadas en relación a la conceptualización y medición del trabajo informal, ha implicado avances en términos de capturar de mejor manera la complejidad y naturaleza dinámica de este fenómeno, dando cuenta de que tiene un anclaje que va más allá del atraso en un sector de la economía. En este sentido, varios autores han relevado los vínculos que existirían entre el trabajo informal y el sector formal (Portes, Castells y Benton, 1989; Portes, 1995; Portes y Haller, 2004), esto es, la existencia del empleo y del sector informal como condición estructural del mercado laboral tal y como se estructura en la actualidad. Sin embargo, aún persisten algunas facetas de la informalidad sin una explicación consensuada para dar cuenta de sus orígenes y mantención. En la actualidad, con el liderazgo de la OIT, se ha planteado que la definición del trabajo informal va más allá de los puestos de trabajo en el sector informal de la economía para abarcar a todos aquellos empleos que carecen de acceso a los derechos laborales y sociales contemplados en las legislaciones de los países, sea que éstos se desarrollen en el sector informal, el sector formal o en los hogares (ILO, 2012a). Estas distintas situaciones de empleo informal han sido incorporadas dentro del concepto de Economía Informal (OIT, 2002), se plantea entonces que el empleo informal se caracteriza por ser una relación de empleo que “...en la ley o en la práctica, no está sujeta a la legislación laboral nacional, impuesto sobre la renta, protección social o derecho a las prestaciones de empleo determinadas (previo aviso de despido, la indemnización por despido, vacaciones anuales, permisos por enfermedad, etc.)…” (Hussmanns, 2004).

(…)

Las estadísticas disponibles, considerando las limitaciones antes señaladas, dan cuenta de que en América Latina las cifras de informalidad se han mantenido por sobre el 50%, esto es tomando como referencia mediciones basadas fundamentalmente en el tamaño de las unidades productivas (menos de 10 o de 5 trabajadores dependiendo del país) y que excluyen al sector agrícola (ILO, 2012b). Esto da cuenta de una realidad muy presente en la región y que impone el desafío de clarificar quiénes son los trabajadores y trabajadoras que se encuentran en esta condición de manera de generar los insumos de información necesarios para el diseño e implementación de políticas públicas que contribuyan a afrontar los déficit que enfrentan estos trabajadores y trabajadoras en cuanto al ejercicio de los derechos laborales y sociales”.